Tareas escolares
La asignación de tareas
escolares para el hogar es una manera de fortalecer el conocimiento y la
responsabilidad del alumno, pero también hay quienes creen que se deben unir
esfuerzos para mejorar la asignación de las mismas, puesto que algunas veces
éstas se convierten en un castigo para los estudiantes. Ni todos los colegios,
ni todos los maestros incurren en abusos a la hora de asignar tareas en casa,
pero es necesario señalar que existe un buen número de maestros, ya sea por
necesidad, desconocimiento, tradición u omisión, que están abusando a la hora
de orientar este tipo de trabajos.
Además de servir de repaso de clase y
de crear un hábito de estudio, las tareas escolares fomentan el desarrollo de
la autonomía de niños y niñas. La familia debe dejarles andar solos, pero sin
dejar de vigilarles. Como sus padres y madres, los pequeños también se llevan a
casa el trabajo, o, mejor dicho, los deberes. Son las primeras preocupaciones,
las primeras cargas de responsabilidad. Y
es que, además de reforzar y repasar lo aprendido en clase, los especialistas
consideran que las tareas escolares suponen una buena oportunidad para adquirir
hábitos de trabajo, desarrollar su capacidad de organización y potenciar su
autonomía.
Un pequeño, pero constante trabajo diario, no sólo va a ayudar al niño a crearle un hábito de estudio, sino que se hará más responsable y se sentirá más implicado en sus tareas. El trabajo diario es la base para que se convierta en un niño y un alumno responsable, aconsejan los psicólogos que desde pequeños hay que exigirles responsabilidades, como recoger sus juguetes o su ropa y, poco a poco, generalizarlo al ámbito escolar. Como dice José Manuel Esteve, catedrático de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Málaga, «acostumbrarles al esfuerzo es bueno.
Un pequeño, pero constante trabajo diario, no sólo va a ayudar al niño a crearle un hábito de estudio, sino que se hará más responsable y se sentirá más implicado en sus tareas. El trabajo diario es la base para que se convierta en un niño y un alumno responsable, aconsejan los psicólogos que desde pequeños hay que exigirles responsabilidades, como recoger sus juguetes o su ropa y, poco a poco, generalizarlo al ámbito escolar. Como dice José Manuel Esteve, catedrático de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Málaga, «acostumbrarles al esfuerzo es bueno.
Porque cualquier cosa que merezca la
pena requiere esfuerzo». La exigencia es aún más necesaria hoy en día, «y en
los colegios se han dado cuenta de ello».
Características que distinguen
a las tareas escolares asignadas de manera adecuada
1. Características que
distinguen a las tareas escolares asignadas de manera adecuada
- Están adecuadas a la edad del estudiante y responden a una estrecha coordinación entre todos los profesores del curso o grado, para no sobrecargar al alumno.
- Toman en cuenta las diferencias individuales y el nivel de madurez de cada niño o adolescente.
- Están planificadas y coordinadas para evitar la improvisación, la rutina y la sobrecarga de actividades.
- Están graduadas en extensión y dificultad para evitar el tiempo y esfuerzo desproporcionado. Asimismo, tienen una relación directa con los objetivos de la asignatura, unidad o tema estudiado.
- Motivan al alumno para producir y no para reproducir.
Características de las tareas
escolares asignadas de manera inadecuada
- Sobrecargan de trabajo al alumno hasta que sienta fatiga, rechazo y sienta que la misma es un castigo.
- Dan mayor importancia al aspecto formal y no esencial de la tarea. Es decir, exigir al estudiante que los cuadernos estén escritos con dos o más colores, con doble margen, bien subrayados e ilustrados. Algunos profesores califican con elevadas notas trabajos realizados por terceras personas.
- Exceso de tareas: La cantidad no indica la calidad. Muchas veces por dar muchas tareas, se termina agobiando al estudiante y ya no es beneficioso. La calidad educativa de un colegio no se demuestra por la cantidad de tareas escolares para la casa.
- Prejuicios: Algunos maestros consideran que su asignatura es más importante que otras y debido a la falta de coordinación, el estudiante se ve abrumado con muchas tareas de distintas materias.
- Las instrucciones no son claras y precisas y provocan confusiones y falsas interpretaciones.
- Los profesores no motivan a los alumnos para que las realicen con agrado y no como una pesada carga u obligación.
- Recurren al ejercicio memorístico, repetitivo e irreflexivo.
- Se vuelven simples asignaciones para ocupar “en algo” el tiempo libre del que dispone el estudiante.
- No son revisadas o corregidas, ocasionando sentimientos en el niño o adolescente de desaliento, desconfianza, y la falta de interés por posteriores trabajos.
Para concluir, cada centro escolar debe
promover la discusión de este tema entre el claustro docente para encontrar el
punto de equilibrio que facilite la creación de hábitos y valores que
refuercen el proceso de enseñanza-aprendizaje, involucrando directamente a los
padres de familia en dicho proceso, para garantizar la continuidad de la labor
docente en casa.
Importancia de
las tareas.
Tipos de tareas escolares.
Leyton, Ulloa y Sn Martín (2007), mencionan que hay tres
tipos de tareas según la finalidad: De práctica, de preparación y
de extensión. Los primeros
refuerzan habilidades o conocimientos que el alumno acaba de adquirir en clase, los segundos,
intentan proveer al alumno información que le será útil en la siguiente clase y, el tercero, tiene que ver con impulsar
al alumno a que investigue, de modo que su aprendizaje sea individual y
creativo.
Tareas escolares adaptadas.
Dodge (1999) menciona que existen más de 50 tipos o
maneras para asignar tareas a los alumnos, sin embargo presenta 12 categorías
que ofrecen una meta y un enfoque a los estudiantes y al diseñador en
cumplimiento del currículo; al analizarlas se consideró que despiertan el interés, desarrollan la creatividad, el pensamiento y la autonomía de
los estudiantes integrados en las escuelas regulares.
Aunque algunas tareas están propuestas para realizarse en
la Web, se contemplaron algunos aspectos y se adaptaron a las
necesidades de los niños integrados, por lo que los maestros deben conocerlas y
utilizarlas, a fin de que las tareas escolares dejen de ser una carga
tediosa para quien las encarga, para quien las realiza y para
quien apoya a los niños integrados. A continuación se describen brevemente
cada una de ellas:
TAREAS DE REPETICIÓN.
El alumno debe reportar lo que ha aprendido a través de
las clases y/o ejercicios. Debe dar respuestas sencillas y seguras a preguntas
determinadas sobre un tema visto en clase. Por ejemplo, darle una imagen al niño y que informe lo que observa. Solicitar y apoyar al alumno en
habilidades para resumir, extraer o elaborar. Este tipo de tareas puede
utilizarse como paso provisional para desarrollar el entendimiento básico en un
tema, si se combina con otro tipo de tareas.
TAREAS DE RECOPILACIÓN.
Son tareas sencillas que consisten en tomar información
de varias fuentes, por ejemplo para elaborar un libro de cocina hay que copiar algunas de las recetas de los
parientes, mamá, abuela, tíos, etc., y escoger las de preferencia. Este tipo de
tareas permite que el alumno organice la información, tome decisiones para
seleccionar las más adecuadas y presentarlas.
TAREAS PERIODÍSTICAS.
Se solicita al alumno que actúe como reportero para
cubrir un evento, la tarea consiste en recolectar hechos y organizarlos. Una
tarea de este tipo bien diseñada provocará que el alumno maximice la exactitud
y amplíe su comprensión de los hechos cotidianos.
TAREAS DE MISTERIO.
A todos nos gustan los misterios, por lo que para atraer la atención hacia un tema hay que descubrirlo dentro de un acertijo
o historia de detectives. Este tipo de tareas permite que el alumno
siga una secuencia de actividades de modo que el estudiante obtenga la
información de varias fuentes, la agrupe, elimine pistas hasta que aparezca la
respuesta. Lo recomendable es máximo 5 pistas. Realmente capta la atención y el
interés de los niños.
Un diseño es un plan o protocolo para llevarse a cabo o lograr algo. Consiste en que el
alumno elabore pequeños proyectos o planes en los que considere: qué va a hacer, cómo lo va
a hacer, con quién, cuándo, dónde, cuánto gastaré, etc. Este tipo de tareas
desarrolla una actitud optimista y creativa en los alumnos, aún cuando tengan
limitaciones para leer y escribir, sin embargo, sí puede compartir y dialogar
con sus iguales.
Consiste en que, el aprendizaje de un tema el niño lo
represente a través de un dibujo, una canción, un poema, un cuento o una obra de teatro. Este tipo de tareas invita a la creatividad y autonomía,
proporcionando un espacio para dejar su sello personal.
Requiere que se articulen, consideren o acomoden los
diferentes puntos de vista que se tienen sobre un tema. Aquí el alumno debe
involucrarse para obtener diferentes puntos de vista sobre un tema, se basa en
las opiniones auténticas para finalmente hacer un reporte de lo que encontró
con las personas u otras fuentes. Por ejemplo, preguntar a varios miembros de
la familia sobre un problema surgido en su comunidad, etc.
TAREAS DE PERSUASIÓN.
Se presenta información ficticia al alumno la cual debe
contrastar con la realidad de modo que pueda desarrollar un argumento
convincente en base a lo aprendido. Se relaciona con el anterior tipo, pero
aquí el alumno aprende a discernir la verdad.
Pretenden lograr un conocimiento de sí mismo por medio de
la exploración guiada. La tarea bien diseñada compromete al alumno a responder
preguntas de sí mismo como ¿qué voy a ser cuando crezca? ¿Qué me gusta o no?
¿En qué puedo mejorar?, respuestas de apreciación del arte y la literatura.
TAREAS ANALÍTICAS.
Ofrecen una forma de desarrollar el conocimiento. Se solicita al alumno observar cuidadosamente una o más
cosas (dibujos, esquemas, tablas, objetos, etc.) y encontrar
similitudes y diferencias, buscar relaciones de causa y efecto. También es
importante solicitar discutir su significado, es decir que el niño exprese con
sus propias estrategias de comunicación lo que ha comprendido de ese trabajo.
TAREAS DE EMISIÓN DE JUICIO.
Evaluar algo, requiere cierto grado de entendimiento de
eso, por lo que se sugiere presentar dos o tres temas cortos, solicitar al
alumno que los clasifique o valore, tome decisiones informadas y explique su
decisión. Probablemente parezca muy complejo, sin embargo, con ayuda un niño
integrado puede decir si un tema es real o ficticio, si algo funciona o no, si
es bueno o malo, etc.
Lo importante es que los alumnos sean capaces de emitir
juicios de valor cuando se enfrenten a diversas situaciones, pues este
tipo de tareas desarrolla la comprensión.
TAREAS CIENTÍFICAS.
El propósito es que los niños entiendan cómo funciona la ciencia hasta en las cosas más sencillas o
cotidianas y para ello los niños deben observar y contar eventos, realizar pequeñas hipótesis de la información obtenida en clases, experimentar y
describir sus resultados. Este tipo de tareas son más aplicativas a asignaturas
donde se abordan fenómenos naturales y sociales, en las que se practica la
observación, la experimentación, la comprobación, y emisión de resultados.
Con ayuda es muy posible que los niños puedan entender
fenómenos sencillos y sobre todo que tengan ciertas implicaciones en su vida.
Cómo ayudar a los niños con la tarea escolar
No sé quiénes disfrutan menos de los deberes
escolares. Si los niños, que sufren cada vez que tienen que hacer la aburrida
tarea de matemática o lenguaje en vez de jugar con sus juguetes preferidos, o los
padres que se estresan porque los dejan para último momento y hacen todos
los intentos desesperados para que los chicos dejen sus juegos y tomen los
lápices y los cuadernos para ponerse a trabajar.
Los llantos en los niños por las tareas escolares
no son fenómenos raros y ocurren tanto desde el primer día en la escuela hasta
el último, cuando ya son casi adolescentes. Si eres padre o madre y tienes a tu
hijo en plena etapa escolar seguro te darás cuenta de lo que te estoy hablando.
Sin embargo, debemos de realizar mayores y mejores
esfuerzos para tratar de revertir las tendencias negativas que aún subsisten, tampoco
se trata de que los docentes no dejen en absoluto ninguna tarea, aunque muchos
padres y madres de familia insistan en pedirlo. Las tareas en casa son un
complemento eficaz cuando tienen una estrecha relación con los objetivos de la
asignatura, y promueven la creatividad y la investigación entre los estudiantes.
Haciendo a un lado la disputa, creo necesario señalar
algunas pautas que pueden ayudar a mejorar la asignación de tareas en casa,
tanto a maestros como a las familias. Aquí se presentan unos tips para que el momento de hacer los
deberes no se convierta en motivo de desesperación, llanto y discusiones
entre padres e hijos.
Elige el momento indicado para comenzar
Lo más común es que los niños extiendan su horario de diversión de manera que la tarea quede para el último momento del día, antes de ir a dormir. Procura que ello no suceda, pero tampoco le exijas que haga sus deberes enseguida del colegio: necesita tiempo para despejarse de las horas en la escuela, comer algo y jugar un poco. Lo mejor es que haga los deberes una hora después de llegar a casa.
Acostúmbralo
Enséñale que ese momento del día estará destinado exclusivamente para hacer la tarea, de manera que se le convierta en un hábito. Trata de organizar sus horarios de juegos, deportes y demás actividades de forma que quede un “hueco” disponible en el día solo para los deberes.
Elegir el lugar indicado
El salón de juegos no es el mejor lugar para que un niño se siente a hacer deberes. Procura ubicarlo en un escritorio, lejos de la computadora, la televisión y los juguetes. Una buena opción es la mesa del comedor: tú mismo lo estarás observando y además te tendrá cerca por cualquier ayuda que necesite.
Cambia la merienda escolar
En vez de servirle la tradicional leche con galletitas, ofréceles alimentos que fomenten la concentración como los frutos secos, muslos de pollo y sandiwches variados y, principalmente, comida sana.
Haz un plan de pausas
Si a los adultos a veces nos cuesta concentrarnos en el trabajo o en el estudio, a los inquietos niños seguro les cuesta mucho más. Si notas que el pequeño se encuentra desconcentrado o sin ánimo, no lo obligues a continuar: sal con él a dar una vuelta por el parque, saquen a pasear al perro o cualquier otra actividad física tranquila, durante solo 10 minutos. Esto llenará al niño de energía.
No lo ayudes demasiado
Por más que estés desando que tu niño termine con la tarea y deje de quejarse, no es bueno que hagas los deberes por él, pues eso les creará dependencia y siempre esperará que sus padres lleguen al rescate de su tarea. No está mal ofrecerles ayuda, pero recuerda que los deberes domiciliarios son parte del aprendizaje de los niños y los prepara para trabajar independientemente: en vez de darles las respuesta, estimúlalos a razonar. Si notas que tiene más dificultades de lo normal, habla con su maestro y evalúa la posibilidad de una clase de apoyo.
Recompénsalo
Una vez que notes un cambio en su actitud, recompensa su esfuerzo con el permiso de que, luego de la tarea, podrá ver su programa favorito y jugar en la computadora todo el tiempo que desee.
Cuando el niño no quiere hacer las tareas escolares
Las tareas propias de la actividad escolar siempre causan
preocupación a los padres y son motivo de disgustos para los alumnos, quienes
en lugar de verlas como una alternativa para aprender las perciben como un
castigo.
Lo principal es que los progenitores entiendan que su
papel en este sentido debe ser de supervisores de la labor que realizan sus
hijos, en especial cuando son pequeños. Un alumno de tercer grado ya está
capacitado para hacer las cosas por su cuenta, por lo que su labor de papá o de
mamá simplemente será revisar que todo esté bien (especialmente las tareas
escolares) o que los conocimientos fueron aprendidos.
Nunca haga la tarea de su hijo o hija, por más difícil
que sea, pues esto crea problemas de autoestima, dependencia e incapacidad de
tomar las decisiones propias, lo que se puede arrastrar hasta la edad adulta
con resultados negativos.
¿Qué hacer?
Lo primero es desechar la creencia de que todos los niños
aprenden igual, lo cual no es cierto pues cada quien tiene sus áreas fuertes y
débiles.
Por ello es muy importante identificar los aspectos
débiles o fuertes de su hijo en las áreas de memoria inmediata, memoria
secuencial, memoria auditiva y memoria visual, o sea detectar en qué es bueno
el pequeño: repitiendo lo que escuchó o vio, guardando una buena secuencia
cuando narra lo aprendido o recordando con facilidad lo que recién se le dijo.
Como siempre, habrá cosas que memorizar. Se recomienda
hacerlo de la manera más entretenida:
- Para comprender una lectura es mejor que su hijo explique con sus propias palabras lo leído, como si estuviera contando un cuento.
- Permítale asociar fechas importantes con datos como su estatura, número de casa, pisos de un edificio cercano, edad de sus hermanos.
Los materiales de apoyo como enciclopedias, diccionarios,
videos y computadoras son de gran ayuda.
Lo principal es fomentar una actitud positiva hacia el
estudio, que el niño o niña vea las tareas escolares como una oportunidad
para practicar lo aprendido y para compartir las cosas de la escuela con su
papá y su mamá. Nunca use las tareas como un castigo ni obligue a un niño
enfermo, cansado, con hambre o “con chicha” a hacer sus deberes. Mejor procure
que vuelva primero a un estado normal.
Si su hijo/a tiene problemas al
realizar sus tareas, puede ver los consejos a continuación.
1. Muestre interés hacia lo que su hijo/a está aprendiendo.
Pregúntele sobre lo que trató la clase ese día y sobre las tareas y pruebas que
tiene (no espere la libreta de notas para preguntarle cómo le está yendo). Esté
disponible para ayudarlo/a con las instrucciones o para contestar sus
preguntas. No le dé respuestas simples en vez de eso, Ud. hágale preguntas que
le permitan ver el problema de una manera diferente. Cuando su hijo/a esté
atascado/a en algo, pregúntele qué es lo que está haciendo y qué preguntas le
haría a la profesora. Revise las instrucciones y trabajen juntos en el primer
problema. Luego deje que continúe solo/a con los problemas siguientes.
2. Sea un modelo para sus hijos. Aproveche la oportunidad
mientras su hijo/a hace las tareas para leer un libro o el diario, o para hacer
sus propias tareas (pagar cuentas, hacer la lista de las compras o hacer algo
que dejó pendiente en su trabajo). Hable con su hijo de lo que Ud. está
haciendo, leyendo o escribiendo. Cuéntele lo que Ud. hace en su trabajo. Todo
esto ayuda a fomentar un ambiente de aprendizaje y responsabilidad en la casa,
y motivan a los niños a estar más dispuestos a realizar sus tareas.
3. Enseñe a su hijo/a a ser organizado/a. Asegúrese de que
tenga un cuaderno donde anote las tareas asignadas o un calendario diario o
semanal con ese uso, para que ambos sepan qué es exactamente lo que debe ser
realizado cada día (y cuál es la fecha en que debe ser entregada o mostrada la
tarea a el/la profesor/a). Muéstrele cómo Ud. lleva anotadas las cosas en su
agenda, como una forma de modelar una buena organización.
4. Elimine todas las distracciones posibles durante el
tiempo de estudio.
5. Prohíba toda comunicación por teléfono que no esté
relacionada con la tarea (a veces puede ser útil que su hijo/a se comunique con
algún/a compañero/a de clase sobre la tarea).
6. Con respecto a la televisión, prohíbala durante el
tiempo designado para hacer las tareas. Además, negocie con su hijo/a y
permítale ver uno o dos programas favoritos diarios. Esto requerirá mucha
paciencia de su parte, porque su hijo/a intentará convencerlo/a para mirar más
televisión persista en su decisión.
7. Intente encontrar un espacio separado para cada uno de
sus hijos, o establezca ratos de silencio en su hogar para hacer las tareas.
8. Trate de relacionar las tareas a la vida cotidiana de su
hijo/a. Por ejemplo, las fracciones y las medidas pueden ser aprendidas
cocinando con su hijo/a su comida favorita.
9. Algunos niños regresan del colegio listos para comenzar
los deberes en sus casas otros, sin embargo, necesitan de un tiempo para
relajarse. De acuerdo a esto, aliente a su hijo/a a establecer una rutina para
hacer las tareas, la que ojalá sea a la misma hora y en el mismo lugar todos
los días. Su hijo/a no hará sus tareas ligeramente si es que sabe que hay un
tiempo específico establecido para ellas. Hacer un horario, ponerlo por escrito
y colocarlo donde esté a la vista del niño o niña, como por ejemplo en la
puerta del refrigerador (en la parte inferior), puede ayudarle a evitar la
pérdida del tiempo. Asegúrese de que esta rutina considere el tiempo libre. Si
Ud. encuentra resistencias para llevar a cabo una rutina de estudios y tareas,
realice un contrato por escrito con su hijo/a, que establezca condiciones y
beneficios otorgados por su cumplimiento.
10. Asegúrese de que su hijo/a tiene un lugar específico
para hacer las tareas, con una buena iluminación, poco ruido, un amplio espacio
de trabajo y con los materiales necesarios para las tareas (una mesa, una
silla, papel, lápices, libros, diccionarios, etc.).
11. Felicite a su hijo/a por haber terminado la tarea.
Demuéstrele que Ud. está orgulloso por su esfuerzo. Exponga en alguna parte los
buenos trabajos para que todos los vean. Recuerde que no hay nada más
importante para la autoestima de los niños que las alabanzas de los padres y de
las personas que los rodean.
12. Una vez terminadas las tareas del día, pregunte a su
hijo/a por ellas, revísenlas juntos y hágale sugerencias para mejorar, siempre
de un modo positivo. Las tareas son una práctica y no tienen por qué ser
perfectas. Recuerde que los padres no pueden convertirse en la "policía de
las tareas", chequeando cada una de ellas hasta el último detalle para
asegurarse que éstas fueron hechas perfecta y completamente.
El rincón para estudiar
Muchas veces, el niño no quiere hacer la tarea porque se
distrae mucho. Una buena forma de evitarlo es mediante la selección de un
sitio para que estudie. El rincón debe estar bien acondicionado para que
el niño o niña se sienta a gusto y que tenga todo lo que necesita para realizar
su labor sin interrupciones.
Esto no significa que haya que invertir mucho
dinero o contar con equipos sofisticados, solo tiene que seguir las
siguientes reglas básicas:
Menor ruido posible: Hay que
evitarlo pues causa distracciones que dificultan la concentración. Lo mejor es
buscar un rinconcito tranquilo de la casa donde el estudiante tenga a mano su
equipo de trabajo, se sienta cómodo y dispuesto a estudiar.
Excelente iluminación: Es muy
importante pues si la luz es poca, desviada o, por el contrario, excesiva, la
vista del niño puede verse afectada al tener que hacer sus ojos un esfuerzo
mayor e innecesario. La iluminación natural será siempre la mejor,
pero si se recurre a la luz artificial lo más apropiado es instalar un
fluorescente. También es importante vigilar el lugar donde se coloque, pues si
el niño es derecho, la luz debe caer en forma directa desde el lado izquierdo y
viceversa si es zurdo.
Buena ventilación: Además de ser necesaria
para una buena salud ayuda a mantener la mente alerta. Sin embargo, también hay
que tener cuidado con las ráfagas de viento, pues podrían hacer volar los
papeles que se necesitan o un trabajo recién terminado.
Implementos a mano: Al hacer las
tareas escolares, es fundamental tener a mano todo lo que se necesita (lápices,
marcadores, hojas, borradores, crayolas), de
manera que el estudiante no
tenga que romper su concentración porque tiene que levantarse continuamente.
Limpieza y orden: Antes de
empezar los deberes y al terminarlos el lugar de estudio debe estar
limpio y ordenado, cada cosa
colocada en su lugar y lo necesario para el día siguiente listo en la
maleta.
Postura correcta: Es fundamental
para un mejor rendimiento, por lo que debe procurar que su hijo cuente con una
silla de la estructura y altura adecuadas, así como vigilar que se siente de la
mejor manera, con la espalda recta, las manos sobre mesa y los pies apoyados en
el suelo, pues es la posición más recomendada.
Ambiente tranquilo: es fundamental
para la concentración. En esto ayudan mucho los colores del lugar: los pasteles
son los ideales, por lo que hay que evitar los tonos fuertes que favorecen la
agresividad.
No
hay que:
·
Estudiar con la televisión encendida.
·
Trabajar en carrera para salir a jugar.
·
Comer
mientras se estudia.
·
Hacer los deberes si se está muy cansado.
Muy precisa la información. De mucha utilidad.
ResponderEliminargracias por la información, ahora sólo falta algunos tipos de tareas escolares, que pueda asignar a mis alumnos. Saludos
ResponderEliminarmuy buena informacíón! gracias...
ResponderEliminarCreo que esto apoya al sistema educativo actual dense cuenta que sus hijos están siendo tratados y entrenados como robots un ejemplo que confunden es el levanta la mano para hablar es una pendejada eso no quiere decir que hagan desorden piensenlo
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